La memoria de la represión
Memoria y olvido son dos términos y dos conceptos inseparables, puesto que se olvida todo aquello que no se puede recordar y se recuerda aquello que no se ha olvidado. Por lo tanto el olvido compone el recuerdo que nutre la memoria y por ello la memoria es a la vez un almacén de nuestras ideas, de nuestra forma de pensar y actuar. Lo que recordamos sufre un periodo de selección que es fruto de un proceso social y cultural. Sólo recordamos aquello que nos es importante mantener presente y que queremos preservar para el futuro, pues la memoria tiende a ser transgeneracional.
Si la memoria es un producto cultural, una sociedad democrática debe guardar recuerdo de la represión de las ideas y de los abusos y muerte que recibieron muchas personas por defender su forma de pensar. No puede restablecerse la situación anterior a la ofensa que sufrieron esas personas y sus familias, ni perdón, sino hay un reconocimiento de lo que pasó, una culpabilización de los responsables y una reparación de las víctimas.