Este es el catálogo de una exposición que se ideó como homenaje a todos aquellos luchadores por las libertades que murieron fusilados sin un juicio con un mínimo de garantías legales, pero también a sus familiares, que durante décadas han mantenido viva su memoria. Sólo en Paterna entre 1939 y 1956 fueron asesinadas por este procedimiento 2.238 personas, lo que convierte a este lugar en uno de los mayores centros del horror que recorrió toda España. Sus cuerpos fueron lanzados al interior de fosas comunes, donde quedaron hacinados como ejemplo de lo que podían esperar todos aquellos disidentes con los vencedores en la Guerra Civil. Esta política de terror, que se inició en el periodo bélico y que fue continuada durante un supuesto tiempo de paz, tenía como objetivo borrar de la memoria pública tanto a los ideales republicanos, como a las personas que los encarnaron y defendieron.
Los artículos que componen esta publicación abordan la temática de las fosas comunes tanto desde “dentro” (la arqueología de las fosas), como desde “fuera” (enfoque antropológico), así como desde el recuerdo público (memoria democrática) Todos ellos complementarios a la hora de entender lo que supusieron y lo que no debemos permitir nunca más en nuestra sociedad.